Te
aseguro que sentí la tibieza
de
su frágil cuerpo,
era
cálido y hermoso.
No
la pude tener por mucho tiempo.
Tal
vez fue premonitorio.
Tal
vez me rogaba
que
no la abandonara,
que
habíamos pactado
nuestro
amor por toda
la
eternidad.
No,
no la puedo traicionar con esto,
le
debo mucho,
tanto
que, solo el
reunirme
con ella,
lo
explicaría.
Te
amo aun, pequeña.
STONE…. Ψ
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