Vagos, son
ya, los rostros de su rostro
vaga,
también, la forma de sus manos
lejos,
está, su aliento en mi boca
su enorme
bondad
su
intrínseca belleza
su nívea cronología.
Sólo un
ayer ocupa mi memoria
nuestro
enorme gran amor
nuestros
prolongados meses
hace
veintiún lunas
De repente
en la alta
noche
sus ojos,
trigueños y traviesos,
sus labios
labios de
un amor apresurado
sus largos
brazos
brazos de
inolvidable carnadura
su pecho
regazo de
enervante serenidad
aparecen
!Cuánto he
perdido buen Dios
Cuánto he
perdido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario